El representante de Dios en la tierra nos visita en Cracovia
Y aquí estamos en Blonia, uno de los parque más grandes que conozco, con unos cuantos cientos de miles de personas más. Para escuchar (quien lo entienda) las paladras de Benedicto XVI.
Uno que no quería perderse los anuncios antes de la peli... Porque mira que tardaron en empezar.
De vez en cuando les hervia la sangre y enpezaban a mover las banderitas como enloquecidos. Aunque por lo general estaban bastante tranquilos. La verdad, esperaba más.
Que maja que era la abuelita envuelta en papel Albal. Se lo estaba pasando de lo lindo, a diferencia de la mayoria que llevaban una cara de entierro que no se la terminaban.
-¡Pero qué has hecho hijo mio!...
(Confesiones de urgencia. Hey, que va en serio. Que los estaban confesando allí de pie.)
Algo a destacar, como ahora podreis comprobar, es la ferviente devoción de la gente joven. Oye, como se entregaban de todo corazón, gritando, cantando, alabando sin descanso y sin perder un moneto de atención. Eso fué realmente emocionante.
Observad que energía desprendían.
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